Mesilot HaTora Logo Mesilot HaTora Banner


Najmanides


Shuljan Aruj

Moisés ben Najmán

Moisés ben Najmán, conocido también bajo el nombre de Bonastruc de Porta, pero mejor conocido por Najmánides o Rambán, nació en la ciudad de Gerona.  La fecha exacta de su nacimiento no se conoce pero se cree que fue en el año 1195.

Se sabe poco de la ascendencia de Najmánides, aparte de que era el nieto de Isaac ben Reubén de Barcelona.  Tampoco se dispone de mucha información referente a su infancia, juventud y carrera educativa.  Sin embargo se sabe que entre sus maestros de Cábala estaban Rabí Judah ben Jaqar y Rabí Ezra o Azriel.

En cuanto a sus vínculos parentales, existen pruebas de que Ben Veniste de Porta era su hermano y que estaba emparentado (probablemente eran primos) con Rabí Jonah Gerundí autor del Libro del Arrepentimiento.

Najmánides tuvo tres hijos y uno de ellos murió, mientras él todavía vivía, un día de año nuevo.  Es el tercer hijo, llamado también Najmán, a quien iban dirigidas las célebres cartas que le escribía su padre al final de su vida, cuando estaba en Israel.

Entre sus descendientes se encuentran los célebres Rabí Leví ben Gershon y Rabí Simeón ben Durán.  Como muchos de sus contemporáneos, entre ellos el célebre Maimónides, se sabe que Najmánides era médico.

Dos acontecimientos importantes ocurridos durante su vida parecen haber marcado considerablemente tanto su biografía como la historia del pueblo judío; se trata de la lucha acerba en la que Najmánides estuvo implicado en 1252 entre los que estaban en pro y los que estaban en contra de Maimónides.  Najmánides intentó ser el conciliador de estas dos tendencias que enfrentaron al pueblo judío durante esta época.  El segundo punto que tanta influencia tuvo en su propia vida, fue la famosa disputa de la que fue protagonista en Barcelona contra el converso Pablo Christiani.  Esta disputa tuvo lugar en la corte del rey Jaime I de Aragón en 1263.  Pablo acudió al Rey de Aragón para que ordenara a Najmánides que tomara parte en esta contienda pública, con la esperanza de que si conseguía probar la superioridad de su creencia, las masas de judíos establecidos en España se sentirían obligados a aceptar el Cristianismo.  Ciertos autores cristianos mantuvieron que Pablo fue el vencedor mientras los autores judíos pretendían lo contrario.  Sin embargo, a Najmánides le pareció conveniente publicar una defensa.  Declararon que su obra contenía insultos y blasfemias en contra de la religión dominante y como castigo fue expulsado de España en 1264.  De los tres años que siguieron no se tiene ninguna huella de Najmánides.  Cuando en 1267 llegó a la Tierra de Israel, donde vivió hasta su muerte, Najmánides tenía 70 años.  Mantuvo una estrecha relación epistolar con su hijo. 

Durante esta época acabó el Comentario sobre el Pentateuco.  El haber encontrado una gran corriente de gente que acudía a escuchar sus enseñanzas a Acre, donde se había establecido, debió ser muy gratificante para Najmánides.  En sus clases hablaba de la Biblia basándose probablemente en su Comentario.  Gracias a su gran influencia mucha gente se estableció en Israel, lo cual contribuyó a traer nueva vida a un país que a su llegada, estaba tan desolado.

En una de sus notas introductorias, Najmánides deja muy claro un aspecto de su creencia.  La Torá constituye para él la fuente de todo conocimiento y sabiduría que el hombre puede llegar a alcanzar.  El estudiante de la Torá puede encontrar el conocimiento y la sabiduría por su propio estudio e inspiración o bien de boca a oído, transmitido de generación en generación empezando por el mismísimo Moisés que fue instruido oralmente por Di-s.  Con esto sólo basta para demostrar el valor que Najmánides atribuía al estudio de la Torá e ilustra además el sentido que daba a su propio comentario.

A pesar de que en 1270 Najmánides escribió a su hijo que partía hacia Hebrón donde tenía la intención de prepararse una tumba, el lugar en que descansa es desconocido.  Las tradiciones difieren en cuanto a si es en Hebrón, Jerusalén o Acco.  Ni siquiera se conoce con certeza la fecha de su muerte.

No obstante, existe una curiosa leyenda al respecto que insiste en el carácter misterioso de su desaparición.  Esta historia se encuentra en el Shalsheleth haKabalah (1515-1587).  Según esta tradición, el día que Rambán partió de España, sus alumnos le preguntaron como podrían saber el momento de su muerte; y Rambán contestó: En el día de mi muerte aparecerá una grieta en la lápida de la tumba de mi madre.  Este será el signo de que habré hecho el paso”.

Unos cuantos años después de que Rambán hubiera salido de España, uno de sus alumnos descubrió una grieta en la lápida de la tumba de su madre...





Carta a su Hijo







      

Volver a De Nuestros Sabios